01 de Septiembre de
2007
Barcelona, España
Dicen que el pasado es recuerdo y el
futuro es incierto. Y que el HOY es un
regalo, por eso es presente…
Pasaron seis
meses desde que subí al avión que me llevó a Buenos Aires, para llegar a Madrid
y finalmente a Barcelona. Siempre digo
que el tiempo pasa volando, que las semanas se desvanecen y no me doy cuenta en
qué momento ocurre. Dicen que por esta
razón, hay que vivir el HOY, el presente intentando darle sentido, para que sin
darnos cuenta, cada día – que pasa tan rápido – sea un gran regalo.
Son seis
meses en el calendario, que han sido totalmente diferentes a mi vida pasada,
que a pesar de vivirlos día a día, se han esfumado velozmente. Sin embargo, cuando recuerdo el día que me
despedí de mi familia en el aeropuerto, lo veo muy lejano, como si hubieran
pasado años desde ese instante. Creo que
esto se siente por la necesidad de verlos, de sentirlos cerca, de abrazarlos
otra vez. Pasa el tiempo y más siento la
necesidad de compartir lo vivido. Voy
sumando experiencias, gente y anécdotas que quedarán en el camino.
Y también sé
lo que va sucediendo en la vida de cada persona querida.
Ayer nació
María Pía, la primer hija de mi gran amiga Juli, y sentí nuevamente la mezcla
de emoción que se produce al extrañar, el querer estar – aunque sea por un
momento – en un lugar determinado, tan lejano que resulta imposible. Y brotan lágrimas de felicidad, de
melancolía, de sentirse tan humano ...
Así han
pasado cumpleaños, aniversarios, pérdidas y sustos que los comparto a la
distancia. Siento que el contacto es
necesario, para que el presente aquí pueda ser de alguna manera compartido.
En este
tiempo de conocimiento, de aventura, de mucha soledad, de sentir la distancia
en lo afectivo, sigo aprendiendo de las elecciones, y a pesar de no saber qué
sucederá mañana, tengo la certeza que hay razones mayores para estar aquí, y seguir andando…
Como mencioné
alguna vez a mis seres queridos al partir de mi país, aún lo que no tenga mucha lógica o duración en el tiempo, sucede
por alguna razón. Mucho de lo que he
expresado anteriormente, quizás hoy no lo hubiera escrito, o lo verbalizaría de
otra manera. Por eso, para algunos seis
meses es mucho tiempo, y para otros “recién llego”. Para mí, ha sido una buena oportunidad para
ganar, para decidir, para aprender, para valorar, para extrañar, para recordar,
para arrepentirme, para arriesgarme ante lo desconocido (mucho más que otras
veces), para empezar de nuevo.
Cuando pienso
en mi actual trabajo, tan sacrificado y diferente a lo que aún deseo, pero que
necesito y disfruto a la vez, puedo ya entender la razón de estar aquí. La gente con quien comparto el 80% de mis
días son personajes maravillosos, variados y totalmente diferentes a mí. Y sigo observando. Y más disfruto, y río con ganas. El compartir y aprender de los demás ha sido
una gran experiencia, y por lo que recibo, puedo ver que yo también doy lo mío,
y el trabajo se aliviana. ¿Será por esto que el tiempo pasa volando? Y observo los cambios, cómo me voy adaptando,
y adoptando vocabulario extranjero, cómo cambia mi forma de hablar y de
expresarme. Esto no sucede
conscientemente, sino que al compartir con tantas culturas y países diferentes,
te “prestan” lo ajeno para agregarlo a lo propio. Y viceversa. Me sorprende la manera en que dejo mi sello
argento en quienes comparten su trabajo diario conmigo. Las anécdotas que vivimos a diario, la cantidad de nacionalidades, turistas,
personajes y vivencias me hacen disfrutar las horas, que objetivamente
hablando, no quedarán en un currículo, pero definitivamente, ya son parte
inolvidable de mi vida.
Sigo creyendo que la vida merece su tiempo, sonrío una vez más
para agradecer y pensar así, que mi presente, ya tiene una gran razón de
ser. El futuro no lo sé, y por momentos - como a todos - asusta lo justo y necesario para volver al momento de hoy.
Pero decido
que contra él no puedo. Que la vida
sigue con sus sorpresas. Y lo que hoy es
tan bueno, puede dejar de serlo. Y lo
que parece inalcanzable puede que se encuentre más cerca de lo que yo
imagino. Aún no lo sé…
Septiembre. Se está yendo el verano y puedo decir que lo
disfruté plenamente. Una vez más me
parece ayer cuando comenzó la época de playa y calor europeo. Una vez más: ¿tan
rápido pasa el tiempo? Comienzan las clases, el ritmo del año y se viene el
otoño. Otra etapa, que para mí no
coincide con la época del año. Las
estaciones, los diferentes climas, los festivos y el ritmo de vida, en mi
cabeza son todavía argentinos. Creo que
también llevará su tiempo acostumbrar a mi cuerpo.
Septiembre. Seis meses nuevos, y la vida me sigue
sorprendiendo…
Dicen que el HOY es un regalo, por eso se le llama presente. Intuyo saber quién me lo está regalando… ¡es hora de agradecerle nuevamente!
Dicen que el HOY es un regalo, por eso se le llama presente. Intuyo saber quién me lo está regalando… ¡es hora de agradecerle nuevamente!
No hay comentarios:
Publicar un comentario