sábado, 29 de septiembre de 2012


ARIBAU, ENTRE VALENCIA Y MALLORCA…

Llegar a Barcelona ya fue inolvidable… Lo que no imaginaba es que por más datos que hubiera obtenido con anticipación, mi terraza estaría en carrer Aribau, entre Valencia y Mallorca.  Si hubiera sabido que viviría en ese rincón, con el mundo externo a mis pies, fluctuando entre noches de ruido y susurros de buses buscando destino, quizás hubiera querido saber adónde iba mi Alma.  Pero la gran sorpresa no me disgustó, más bien recuerdo aquella calle, esa casi esquina, esa acera, ese ruido, y aquella habitación y su gente, con el agradecimiento genuino de quien quiere ser recibido y está dispuesto a recibir lo nuevo.

A veces cierro los ojos, imaginándome en esa pequeñísima terraza, de madrugada viendo el mundo pasar, divirtiéndome con aquel desfile de razas, esperando la hora para tomar uno de los buses que me regalaban el destino final a mi trabajo diario.  Puedo sentir todavía las noches de verano y las pocas ganas de dormir, porque mi inquietud y mi curiosidad eran más fuertes que mis sueños.  Lo que veía, sentía y palpitaba en ese pequeño balcón prestado, no lo percibiría nunca más.  Y yo lo sabía… No había otro lugar posible para comenzar un ciclo de vida en tan bella ciudad.  Aribau , entre Valencia y Mallorca.

Junio 2011

No hay comentarios:

Publicar un comentario