ARIBAU, ENTRE VALENCIA Y MALLORCA…
Llegar a Barcelona ya fue inolvidable…
Lo que no imaginaba es que por más datos que hubiera obtenido con anticipación,
mi terraza estaría en carrer Aribau, entre Valencia y Mallorca. Si hubiera sabido que viviría en ese rincón,
con el mundo externo a mis pies, fluctuando entre noches de ruido y susurros de
buses buscando destino, quizás hubiera querido saber adónde iba mi Alma. Pero la gran sorpresa no me disgustó, más
bien recuerdo aquella calle, esa casi esquina, esa acera, ese ruido, y aquella
habitación y su gente, con el agradecimiento genuino de quien
quiere ser recibido y está dispuesto a recibir lo nuevo.
A veces cierro los ojos, imaginándome
en esa pequeñísima terraza, de madrugada viendo el mundo pasar, divirtiéndome con
aquel desfile de razas, esperando la hora para tomar uno de los buses
que me regalaban el destino final a mi trabajo diario. Puedo sentir todavía las noches de verano y
las pocas ganas de dormir, porque mi inquietud y mi curiosidad eran más fuertes
que mis sueños. Lo que veía, sentía y
palpitaba en ese pequeño balcón prestado, no lo percibiría nunca más. Y yo lo sabía… No había otro lugar posible
para comenzar un ciclo de vida en tan bella ciudad. Aribau , entre Valencia y Mallorca.
Junio 2011
Junio 2011
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