lunes, 1 de octubre de 2012


En mi Vida imaginé que llegaría hasta el Mediterráneo para reencontrarte… tanta infancia y adolescencia para luego una gran distancia.  Mucho menos podía imaginar que llegarías a conocer mi Alma como nadie.  ¡Y no soy fácil!

La Vida no me dio hermanas; me regaló dos hermanos hombres maravillosos, pero siempre soñaba con tener una hermana.  Confidencias. Cambio de ropa.  Lágrimas.  Discusiones. Confianza extrema.  ¿Uno siempre sueña con lo que le falta?  Eran sueños de una niña, pero a esa edad no imaginé que podría suceder con alguien que no tuviera la misma sangre que yo.  No me lo habían ni explicado ni sabía de algo similar.  Aún no vivía… Aún no sufría… Aún no amaba… Aún no encontraba…

¿Cómo puede ser que nos una algo mucho más fuerte que no es la sangre ni tampoco la Amistad?  Tengo tantas excelentes AMIGAS MUJERES, que las mayúsculas me quedarían pequeñas para mencionarlas.
Sin embargo, existe “algo más”. Algo que sólo vos y yo sabemos.  Algo que ni la distancia puede separar.  Leí “por ahí” que se llama Unión de las Almas.  Y me gustó llamarlo así.  ¿Cómo puede ser que yo sepa de vos sin preguntarte, y vos de mí sin indagar? ¿Cómo puede ser que con sólo dos palabras mías comprendas cómo estoy, qué siento, cómo respiro, qué falta y qué sobra y hacia dónde voy?  ¿Cómo puede ser que yo sienta lo mismo en vos?

¿Sabes qué creo?  Que la primera palabra que nos une se llama SINCERIDAD.
No importa si estamos o no de acuerdo, ni qué pensamos ni cómo, porque partimos de las diferencias, ¡y son muchas!  Tu vida tan diferente a la mía.  La mía tan diferente a la tuya.  Pero tenemos en común lo más VALIOSO que nos dio la Vida.  Y vos y yo, sabemos que sabemos…

¡GRACIAS por tu Vida y por la Mía!

Septiembre 2012

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