sábado, 29 de septiembre de 2012


         PROMESAS DE UNA MARIPOSA

Su sonrisa intacta.  Su voz tan firme y vivaz como en su juventud.  Su mirada brillante como su vida… todavía.  Sus manos ya necesitando de sus hijos para seguir erguidas.  La cama era su mundo hacía tiempo, y la dependencia de otros parte de su ser...
Faltaban exactamente dos meses… Casi dos meses.  ¿55 días quizás? Elisa no recuerda con exactitud el tiempo, pero sí la incertidumbre en su corazón, junto con su inocencia de creer que la vería allí nuevamente, pronto y como siempre...
Estaba de paso, y le pareció que regalarse unos minutos más con Ella podría hacerles bien a las dos, porque la soledad compartida en momentos de debilidad, dicen que aliviana el andar… Su angustia interna consistía en sentir de cerca el aroma de la muerte, mientras que la de Elisa sería tan opuesta como comenzar una nueva etapa en su vida, sin estar aún tan consciente si esto mismo sería dejar morir parte de sí misma…
Inmovilizada, cargada de amor infinito, tuvo la gran sensatez, de pedirle a Elisa que cumpliera dos promesas.  Una tal vez era por Ella, porque en su corazón sabía dónde estaría pronto y con quién, y le dolía dejar una parte de su amor aquí en la Vida.  La otra tal vez era por Elisa, aunque hoy – recién hoy – se pregunta si también le pidió lo que Ella no pudo lograr por su cuenta…
Deseándole absoluta felicidad a Elisa, Ella le rogó que en esta nueva etapa, en su matrimonio, fuera fiel a sí misma.  Le hizo prometer que si en algún momento, cualquiera fuera, sentía soledad o necesidad de tomar otro rumbo y si lo que Elisa creía felicidad se tornaba tristeza permanente, no dudara en tomar el timón de su vida, y seguir sola su rumbo.  “Porque la Vida es sabia, pero más sabios debemos ser nosotros con ella”.  Nunca imaginó Elisa en aquel momento, a dos meses de su casamiento, que esto podría ser algún día realidad.  Cuando llegó ese día – aquel en que sintió soledad y más tristeza que felicidad – Elisa pudo ver Sus ojos, sentir Su mano apretada con la suya, y Su voz firme y bien cerca de su oído: “No lo dudes…”
Dos años y dos meses antes, había sonreído respondiéndole: “Por supuesto, no te preocupes que todo estará bien”, creyendo ingenuamente que estaba en buen camino, y que Ella no sabría con certeza a quién le estaba hablando…
Le comentó a Elisa con soltura y despojo que Ella sabía adónde iba, que no le quedaba mucho tiempo, que había vivido lo suficiente para dar lo mejor, pero que ya necesitaba descansar, de otra manera y junto a otros que partieron antes, porque sin ninguna duda la estaban esperando.  Esto – como a todos los egoístas que no hemos estado nunca esperando a la parca en una cama – enfurecía a Elisa doblemente, por ella misma y por Sus hijos.  Sin embargo, Elisa escuchó intentando comprender el sentido de lo que oía… ¿Por qué necesitaba decirle algo así, a ella? ¿Tenía algún sentido? Quizás a sus hijos no podía hablarles con este mismo ánimo, quizás intuía que Elisa caminaría siempre cerca, quizás Elisa aún necesitaba aprender algo más.  Intentó sonreír, consciente y sabiendo que lo que menos sentía era ánimo de sonreír.  Elisa la vería nuevamente, porque para ella no era una despedida.  No estaba allí porque para ella lo fuera, y estaba totalmente convencida de esto…
Con sus ojos enormes y sin pestañar le pidió a Elisa otro gran favor, para el tiempo que a ella le quedara de Vida.  Le hizo prometer, otra vez, que no se alejara de su hijo.  Que los unía una profunda Amistad, y que aunque Elisa estuviera lejos, Ella veía más allá porque era Madre.  A Ella, “esto la dejaba tranquila”. Que por esa razón, Elisa podría estar siempre cerca, porque su presencia Ella la sentiría y le haría bien a Su hijo. Riéndose mucho y para alivianar su pedido y las cuasi lágrimas de Elisa, le comentó tiernamente: “A él no le hagas mucho caso, sólo te pido que camines siempre cerca, por favor”.
Por alguna razón, estuvieron en soledad.  Por alguna razón le hizo prometer a Elisa que virara el timón de su vida si no era feliz;  por alguna otra razón, le pidió que estuviera siempre cerca de su hijo.
Elisa se despidió como una de las tantas veces que pasó por su ciudad, de paso… “Nos vemos la próxima”
Pero el tiempo no les regaló próximas… ELLA partió 5 días antes del gran evento, donde más que llorar por la emoción de su vivencia, las lágrimas de Elisa contenían la tristeza de su partida, y la ausencia de su hijo en el que ella creyó el día más importante de su vida.
Tiempo atrás, Elisa dejó aquella casa andando por las calles con rumbo – en ese entonces lo tenían -, segura de sí misma, decidida en su corazón a regalarse una promesa a sí misma: cumpliría con las promesas a Ella…
Doce años después, Elisa ya giró hace años el timón de su vida recordando Su voz.
Varios años después, Elisa sigue caminando cerca de Su hijo, día a día pidiendo por su Vida e intentando comprender juntos que para este tipo de despedidas, no estamos totalmente preparados, y que la Vida a veces, no nos da segundas oportunidades para hacer bien las cosas por primera vez…
Elisa sigue preguntándose cómo hace Ella para viajar en tu tiempo infinito, pero como una mariposa, nos va siguiendo los pasos. Nos vas dando señales y alentándonos a respirar Vida para poder acompañarnos.  Elisa sabe con su Alma que cumplir Sus dos promesas era parte de su destino, pero más le sorprende a su corazón, que Ella lo haya sabido antes de tiempo…

Diciembre 2010

ARIBAU, ENTRE VALENCIA Y MALLORCA…

Llegar a Barcelona ya fue inolvidable… Lo que no imaginaba es que por más datos que hubiera obtenido con anticipación, mi terraza estaría en carrer Aribau, entre Valencia y Mallorca.  Si hubiera sabido que viviría en ese rincón, con el mundo externo a mis pies, fluctuando entre noches de ruido y susurros de buses buscando destino, quizás hubiera querido saber adónde iba mi Alma.  Pero la gran sorpresa no me disgustó, más bien recuerdo aquella calle, esa casi esquina, esa acera, ese ruido, y aquella habitación y su gente, con el agradecimiento genuino de quien quiere ser recibido y está dispuesto a recibir lo nuevo.

A veces cierro los ojos, imaginándome en esa pequeñísima terraza, de madrugada viendo el mundo pasar, divirtiéndome con aquel desfile de razas, esperando la hora para tomar uno de los buses que me regalaban el destino final a mi trabajo diario.  Puedo sentir todavía las noches de verano y las pocas ganas de dormir, porque mi inquietud y mi curiosidad eran más fuertes que mis sueños.  Lo que veía, sentía y palpitaba en ese pequeño balcón prestado, no lo percibiría nunca más.  Y yo lo sabía… No había otro lugar posible para comenzar un ciclo de vida en tan bella ciudad.  Aribau , entre Valencia y Mallorca.

Junio 2011

LAS 6

Así nos llamábamos, “las 6”.  No es que fuera original, sino que nos podíamos identificar con nosotras mismas.  ¿Quiénes van? Las 6.  ¿Cuántas somos? Las 6.  Y si faltaba una, lógicamente ya no éramos las 6. Faltaba un Alma.
Si tuviéramos hoy que juntar a las 6, sería más difícil que unir a The Beatles.  Sin embargo, cuando está claro que lo que nos unió fue más que papeles, exámenes, profesores, actos y festejos, un colegio y sus bemoles, seguramente el resultado sería el mismo.  Uno, más uno, más uno, más uno, más uno, más uno.  Cada una de ellas tomó su rumbo definido, o al menos, eso creíamos hacen 20 años.  Cada una tomó caminos muy diferentes a las demás, sin consultar, sin preguntar, sin ni siquiera mirar hacia atrás.  O eso creímos...
El paso del tiempo es cruel para quienes se quedan dibujando con crayones y acuarelas.  Pero para quienes intentamos vivir en el presente, el tiempo es sabio y sigue regalando.  Que luego cada una tenga más de 6 y nuevos seres, nos engrandeció para seguir siendo Las 6, a pesar del tiempo y la distancia.  Aún hoy, sin preguntar y sin saber, no me hace falta ver para creer, que siempre, pase lo que pase, seguiremos siendo SEIS.

Abril 2008


QUEDA PROHIBIDO

       Queda prohibido llorar sin aprender,
Levantarse un día sin saber qué hacer,
Tener miedo de tus recuerdos…
                                                    
Queda prohibido no sonreír a los problemas,
No luchar por lo que quieres,
Abandonarlo todo por miedo,
No convertir en realidad tus sueños…

Queda prohibido no intentar comprender a las personas,
Pensar que sus vidas valen menos que la tuya,
No saber que cada uno tiene su camino y su dicha…

Queda prohibido no crear tu historia,
No tener un momento para la gente que te necesita,
No comprender que lo que la vida te da,
También te lo quita…

Queda prohibido no buscar tu felicidad,
No vivir tu vida con una actitud positiva,
No pensar en que podemos ser mejores,
No sentir que sin ti, este mundo no sería igual…

PABLO NERUDA

Para qué...


Todavía siento preguntar para qué…
Porque siempre fue más fácil querer saber cómo, por qué...
Porque siempre queremos respuestas…
Porque tal vez no esperamos que alguien nos conteste…
Porque quizás, a veces es más fácil no saber y vivir siendo ignorante que enfrentarnos con la realidad de obtener la respuesta que no queremos recibir…
Porque alguna vez leí, que las respuestas llegan solas, mientras seguimos cuestionando los por qué…
Porque confié en tener la certeza que mi Alma indicaba…
Porque una Amiga me dijo que sólo el tiempo nos lleva a querer saber el para qué…
Porque yo sí quiero saber…
Porque yo sí quiero aprender…
Porque necesito comprender lo incomprensible…
Porque si hoy no es el momento, tendré la paciencia de esperar a que el tiempo juegue lo suficiente con mi Vida para mostrarme la respuesta…
Porque mi intuición me dice que sí existe el para qué…


Agosto 2012

LA NEVERA



Aunque mudarme fuera mi costumbre, esta vez sonaba especial... Fueron las cortinas quienes me dieron la señal, fue un gancho y el “plum” final que me hicieron despertar.  “Aquí no más…”
Podía percibir como cada cual se ocupaba en resolver su propio mundo, cómo las noches se me iban en soledad armando cajas y juntando lo que restaba de mi ciudad, pues en mi corazón sabía que no volvería a vivir allí nunca más…  Estas almas quisieron mates, explicaciones, mis lágrimas, respuestas y algo más…  Pero sólo una sola se animó a colaborar: la tarea no era fácil, pero en tres días llegó el final.  Había algo trascendente por cargar, y la pregunta no era fácil: “¿cómo la voy a llevar?”

Siempre existe un ser dispuesto a sentir, pensar y actuar con uno, quizás con la sabia intuición que su ayuda será inolvidable para quien recibe al momento de sanar.  Lo mío era un viaje sin retorno, y creo que lo supiste aún sin preguntar… Si hay algo de este cambio que guardo en mi memoria con risas y sentido, es cómo juntos embalamos “esa” nevera que para mí era especial… No puedo discernir si me reí más en aquel entonces u hoy que vuelvo a recordar.  Si pudiera volver el tiempo atrás, estaría exactamente en el mismo lugar, con vos y esa nevera, despidiéndonos aún sin hablar…                                  

A Roberto Sánchez 

Julio 2008

PIEDRA LIBRE




Lo grandioso de aquella era fue que no sabíamos en qué mundo estábamos creciendo y viviendo…
No había horarios, no existían las rejas ni los candados…
No sabíamos a qué hora regresar a casa, salvo que el sol nos avisara al esconderse…
No conocíamos el miedo, no existían los secretos…
En ese entonces, todo era posible…
Jugar exigía escondernos para encontrarnos…
Emocionarnos con descubrir otro insecto que la tierra nos regalara, otra estrella  para reflejarnos en las noches de verano…
Cantos, disfraces, velas encendidas en cada Navidad…
Nuestros únicos refugios eran papá y mamá, y los únicos sonidos bien conocidos eran las propias risas de acuarelas y disfraces…
Teníamos día tras día una sola y única meta: correr disfrutando, para llegar a gritar: ¡piedra libre!

Bendita niñez… esperando que la vida sea siempre llegar a susurrar desde el alma y hasta el final, solamente:
¡Piedra Libre!


LA PELI DE TU VIDA...

¿Te has preguntado alguna vez si eres protagonista de tu propia vida? 
Muchas veces vivimos experiencias, vivencias en donde pareciéramos ser actores secundarios.  Hace poco le decía a un amigo: "Desde afuera, parece que estuvieras viviendo una película que no es tuya, que no te pertenece". 
Para poder observar lo propio primero, deberíamos situarnos fuera de cada escena, como si fuéramos el camarógrafo que registra.  Cada tanto me enfurezco con el guionista de mi vida - sin dudas cuando creo que las cosas "van mal" o "no tan bien" como yo desearía - aunque que la mayoría de las veces puedo aplaudir el guión.  Creo que sucede porque me gusta ser protagonista de mi vida y mis elecciones.  Si estoy siendo actriz secundaria, me doy cuenta por esa razón... "¿qué le pasa al guionista?".  En cuanto vuelvo al papel principal, regresa el agradecimiento a todos, incluyendo actores secundarios o de reparto, ¡incluso a los invitados! 
Cuando somos PROTAGONISTAS, nos hacemos responsables y partícipes de cada escena.  No nos levantamos del set con un portazo porque aparece la tristeza, el dolor, el miedo, la despedida, la enfermedad, la miseria o la desilusión.  El actor representa su guión, lo siente y lo vive arriba del escenario, tras las cámaras o ante un público en vivo, día tras día en cada función.  En la vida no hay cortes.  Las escenas hilan segundo a segundo.  A veces no hay aplausos ni críticas.  A veces sólo silencio.  Y otras tantas podemos recibir adulación o crítica sin equilibrio.  
A veces nos queremos deshacer de nuestro rol, y nos ubicamos a nosotros mismos en segundo plano, como si algo o alguien externo pasara a ocupar nuestro papel principal.  ¿Quizás para no "hacernos cargo"?  Otras veces, los personajes que dejamos entrar en escena simulan ser parte de otra película.  No "encajan" con nuestra historia de Vida, con nuestros deseos más íntimos, con nuestros sueños, con el Destino Personal.  Lógicamente, por más que el guión sea perfecto, los resultados del rodaje no serán tan óptimos como el director propone.
Si cada individuo tiene un guión, si existe un director que orquesta los aciertos y las desavenencias para que la obra sea buena, cada escenografía, vestuario, postura, actores, entorno, paisaje y características de cada escena deberían estar acorde al guión, y al personaje principal de la historia.

Tu historia de vida es tuya.  Es única y no se compara con la mía.  Puede haber similitudes, a veces andamos y crecemos juntos, pero absolutamente NADIE más que vos, puede ubicarte en tu rol, si no lo haces vos primero.  Tu árbol genealógico no se repite, tus emociones, tu mente, tu físico, tu Alma, son solo tuyas.  
A mí este detalle precioso de la naturaleza me parece un MILAGRO.  Con mayúsculas.
Se me pasaron varios minutos de Vida en los cuales sin darme cuenta, me moví a un papel secundario. Y esas escenas, no vuelven más. 
Te propongo ser consciente de la importancia de ser Protagonista a cada instante, en cada segundo de tu Vida.  El guionista de tu Vida, sabe lo que escribe.  Sabe adonde vas, cómo y por qué.  Le daremos una mano si nos alineamos a su guión, ese que sólo TE pertenece, que sólo ME pertenece...





domingo, 16 de septiembre de 2012

ROSTROS


ROSTROS


Laura siempre se preguntó por qué todos lucimos tan diferentes. Su creencia en la creación y en la grandeza del ser humano la convencieron de que "así debe ser".  Su inquietud desde niña la cubrió de observación. No sabía dónde vendían zapatos ni dónde su madre compraba el pan, pero recordaba cada facción que hacían del dueño de la zapatería y del de la panadería, seres únicos e irrepetibles.
Se detuvo horas de un reloj a apreciar los gestos, los ojos de sus maestros, el cabello de sus amigos, las sonrisas de sus seres queridos, las manos de sus abuelos.
Creció creyendo que aún ni en los gemelos podría encontrar igualdad infinita.  Observando el cielo y un tiempo después, Laura descubrió que existe el Alma, y que al ser todos uno, lo que nos diferencia es sólo el envase.  Sus largas horas en soledad, de café en café observando la gente pasar, y el Cielo haciendo sombra sobre su propio rostro, le darían la certeza necesaria para su gran descubrimiento.  Parecidos, semejantes, ¿iguales?, homogéneos, diferentes…  Buscó muchos adjetivos para encontrar las respuestas a sus mil preguntas – muchas de las cuales siguen sin respuestas.
Todavía ella sigue mirando las Almas pasar, sonriendo a cada rostro único que las reflejan.



jueves, 13 de septiembre de 2012

FUE PRESENTE


01 de Septiembre de 2007
Barcelona, España


Dicen que el pasado es recuerdo y el futuro es incierto.  Y que el HOY es un regalo, por eso es presente…

Pasaron seis meses desde que subí al avión que me llevó a Buenos Aires, para llegar a Madrid y finalmente a Barcelona.  Siempre digo que el tiempo pasa volando, que las semanas se desvanecen y no me doy cuenta en qué momento ocurre.  Dicen que por esta razón, hay que vivir el HOY, el presente intentando darle sentido, para que sin darnos cuenta, cada día – que pasa tan rápido – sea un gran regalo.

Son seis meses en el calendario, que han sido totalmente diferentes a mi vida pasada, que a pesar de vivirlos día a día, se han esfumado velozmente.  Sin embargo, cuando recuerdo el día que me despedí de mi familia en el aeropuerto, lo veo muy lejano, como si hubieran pasado años desde ese instante.  Creo que esto se siente por la necesidad de verlos, de sentirlos cerca, de abrazarlos otra vez.  Pasa el tiempo y más siento la necesidad de compartir lo vivido.  Voy sumando experiencias, gente y anécdotas que quedarán en el camino.
Y también sé lo que va sucediendo en la vida de cada persona querida. 
Ayer nació María Pía, la primer hija de mi gran amiga Juli, y sentí nuevamente la mezcla de emoción que se produce al extrañar, el querer estar – aunque sea por un momento – en un lugar determinado, tan lejano que resulta imposible.  Y brotan lágrimas de felicidad, de melancolía, de sentirse tan humano ...
Así han pasado cumpleaños, aniversarios, pérdidas y sustos que los comparto a la distancia.  Siento que el contacto es necesario, para que el presente aquí pueda ser de alguna manera compartido.

En este tiempo de conocimiento, de aventura, de mucha soledad, de sentir la distancia en lo afectivo, sigo aprendiendo de las elecciones, y a pesar de no saber qué sucederá mañana, tengo la certeza que hay razones mayores para estar aquí, y seguir andando…

Como mencioné alguna vez a mis seres queridos al partir de mi país, aún lo que no tenga mucha lógica o duración en el tiempo, sucede por alguna razón.  Mucho de lo que he expresado anteriormente, quizás hoy no lo hubiera escrito, o lo verbalizaría de otra manera.  Por eso, para algunos seis meses es mucho tiempo, y para otros “recién llego”.   Para mí, ha sido una buena oportunidad para ganar, para decidir, para aprender, para valorar, para extrañar, para recordar, para arrepentirme, para arriesgarme ante lo desconocido (mucho más que otras veces), para empezar de nuevo.

Cuando pienso en mi actual trabajo, tan sacrificado y diferente a lo que aún deseo, pero que necesito y disfruto a la vez, puedo ya entender la razón de estar aquí.  La gente con quien comparto el 80% de mis días son personajes maravillosos, variados y totalmente diferentes a mí.  Y sigo observando.  Y más disfruto, y río con ganas.  El compartir y aprender de los demás ha sido una gran experiencia, y por lo que recibo, puedo ver que yo también doy lo mío, y el trabajo se aliviana. ¿Será por esto que el tiempo pasa volando?  Y observo los cambios, cómo me voy adaptando, y adoptando vocabulario extranjero, cómo cambia mi forma de hablar y de expresarme.  Esto no sucede conscientemente, sino que al compartir con tantas culturas y países diferentes, te “prestan” lo ajeno para agregarlo a lo propio.  Y viceversa.  Me sorprende la manera en que dejo mi sello argento en quienes comparten su trabajo diario conmigo.  Las anécdotas que vivimos a diario, la cantidad de nacionalidades, turistas, personajes y vivencias me hacen disfrutar las horas, que objetivamente hablando, no quedarán en un currículo, pero definitivamente, ya son parte inolvidable de mi vida.

Sigo creyendo que la vida merece su tiempo, sonrío una vez más para agradecer y pensar así, que mi presente, ya tiene una gran razón de ser.  El futuro no lo sé, y por momentos - como a todos - asusta lo justo y necesario para volver al momento de hoy. 
Pero decido que contra él no puedo.  Que la vida sigue con sus sorpresas.  Y lo que hoy es tan bueno, puede dejar de serlo.  Y lo que parece inalcanzable puede que se encuentre más cerca de lo que yo imagino.  Aún no lo sé…

Septiembre.  Se está yendo el verano y puedo decir que lo disfruté plenamente.  Una vez más me parece ayer cuando comenzó la época de playa y calor europeo. Una vez más: ¿tan rápido pasa el tiempo? Comienzan las clases, el ritmo del año y se viene el otoño.  Otra etapa, que para mí no coincide con la época del año.  Las estaciones, los diferentes climas, los festivos y el ritmo de vida, en mi cabeza son todavía argentinos.  Creo que también llevará su tiempo acostumbrar a mi cuerpo.
Septiembre.  Seis meses nuevos, y la vida me sigue sorprendiendo…


Dicen que el HOY es un regalo, por eso se le llama presente.  Intuyo saber quién me lo está regalando… ¡es hora de agradecerle nuevamente!

BARCELONA

domingo, 9 de septiembre de 2012

UN ANTES Y UN DESPUES

A ELLOS ...


Si TODAS supiéramos lo que sienten, lo que sus mentes intentan poner en orden, y qué hay detrás de ellas…
A veces es sólo carga. ¡La gran mochila que lleva un Hombre a sus espaldas!

NOSOTRAS lloramos, nosotras pataleamos, nosotras tenemos orejas amigas.
ELLOS criados, por maña de la naturaleza, para ser fuertes, valientes, para soportar todo, para bancar lo que a veces, no pueden bancar; para ser sostén, soporte, ajuste y equilibrio.
NOSOTRAS nos sentimos abatidas, tristes, enojadas, idiotas, sensibles, felices y lo hacemos saber. Una hora y media al teléfono con una amiga mujer pueden ser los minutos más sanos para aliviar la idiotez, el enojo, la tristeza, la ansiedad o la euforia de una gran noticia. Incluso para aliviarles a ellos los propios oídos.
¿Con quién comparten ELLOS su Alma? LES “enseñaron” que no deben llorar, que no deben demostrar más de lo que el resto desea ver en ellos. LES dijeron que sin techo, sin economía de guerra o no guerra, que sin mujer y fortaleza, “no son Hombres”. Tal vez no pueden verse a sí mismos sin todo esto, manteniéndose “erguidos” como se supone que deben mantenerse ante la vida. La única vía de escape, es el mejor juego de escondidas – ese que solíamos jugar a los diez años. El que mejor lugar encontraba como escondite, tardaba más tiempo en ser encontrado. Y a veces ya todos estábamos “afuera” mientras el afortunado permanecía allí, sólo… el tiempo pasaba… ¿y nadie te encontraba? NOSOTRAS podíamos permanecer sentaditas en el mismo lugar, quizás imaginando que algún príncipe treparía para encontrarnos, o pensando en el próximo juego, o recordando tal vez la mejor canción que escuchamos ayer en el cumple de Juan… o con un par de piedritas ya formábamos un corazón en el suelo para disfrutar el Tiempo de Espera… no nos dábamos cuenta del tirano, ¡estábamos jugando! El escondite era el mejor, y esa era la idea: ¡que vinieran a encontrarnos! ELLOS no podían comprender cómo era posible que aquellos cinco minutos resultaran una eternidad, ¿estaban acaso en el lugar “del nabo que no es descubierto?”. Rendidos ya sus compañeros en la búsqueda, ELLOS salían corriendo y gritando a viva voz: “¡gané, gané! ¿No se dieron cuenta que estaba ahí… que faltaba yo? ¡Yo gané!”

Dos razas tan diferentes y tan necesarias. Incompletos para encontrarse y creer que así nos sentiremos completos. Ni más ni menos. La una para la otra. Necesitamos de ELLOS, y ELLOS de NOSOTRAS  ¿Por qué entonces “debemos” NOSOTRAS ser siempre comprendidas, cuidadas, respetadas, amadas, protegidas, seducidas, abrazadas, desde que nacemos hasta que morimos?  Nuestras vidas al aire libre sugieren esta manera de plantear la dinámica ante ELLOS  ¿Y Qué hay DE ELLOS? NOS cuesta tanto comprender a esta raza de mudos… rocas por fuera y tan indefensos por dentro.
No hablo de tu ex, ni de mi hermano, ni de tu viejo, ni de mi jefe, ni de tu esposo, ni del tío de tu vecina. Hablo de todos y de ninguno en particular. Hablo del hombre que te levanta la voz porque no encuentra otra forma – o no la supo nunca – de decirte “¡Me duele! ¡Me está doliendo el Alma!” (A vos y a mí, nos duele el útero y podemos hacérselo saber al mundo entero, al tuyo y al mío; podemos describir, gritar y hasta llorar ese dolor indescriptible). Hablo del Hombre que considera que una palmadita en la espalda, es un enorme gesto de cariño. Hablo del que llega a tu casa con una tremenda cara de traste después de un día entero de trabajo, pero tu día ha sido igual o peor, y “no das más” porque has estado yendo y viniendo, limpiando con una mano, organizando tu propio laburo para el día siguiente, mientras que tu otra mano estuvo cambiando pañales, con tu suegra al teléfono y emparchando los mil detalles de los cuales ellos no se enteran. Tu tarea y la mía podemos hacerlas nosotras – ¡ELLOS NO PODRÍAN de la misma forma - y cada día mejor. Sin embargo muchas veces nos resulta fácil agregarle las quejas, las lágrimas, el cansancio desmedido, dolores físicos anexos (ovarios, cabeza, piernas, uñas, articulaciones, arterias y pelos encarnados). Pero este Hombre se limita al silencio tal vez, a su cara de nada, porque sabe de su propio día sin decirlo, y conoce lo que encontrará al encontrarte.  Y en SU nivel de existencia, vivió un día igual y/o peor que el tuyo. Quizás primero ÉL necesita tu inmenso abrazo – ese que sólo nosotras podemos tender con nuestros brazos de Mujer – o darle minutos para que con un tirabuzón de buena marca – nada de usar los comprados en tiendas de segunda mano, no servirían de mucho en estos casos – le saques algún relato de lo que ha sido su día de Hombre, ese día donde debe cumplir, seguir rutinas y reglas, aguantar jefes, compañeros y presiones, ser el mejor para no perder ese trabajo, aportar más de sí mismo para diferenciarse del resto, lograr ascensos, negociar salario, recordar que tiene una familia a determinadas horas donde vos y yo los necesitamos; y vaya a saber la cantidad de otros “detalles”, esos parecidos los nuestros, que nosotras también sabemos que ellos ni se enteran.  A veces (no pretendo ni intento generalizar) no nos descuidan por no amarnos. Quizás está tan cansado como vos, pero “afuera” debe demostrar que no lo está. Vos me llamas a mí, y conmigo descargas tu furia, tu cansancio y tus mil lágrimas. Él no llamará a ningún otro ser de la misma especie para contarle esos detalles que vos y yo desconocemos. Quedan ADENTRO… si es que vos y yo no estamos dispuestas a usar el mejor sacacorchos que encontremos a mano. Y si no te quiere escuchar hoy, no te enfades. Es su manera, porque nació HOMBRE. No deja de amarte por esto, más bien te amará más aún mañana…

No quiero ni pensar lo que debe ser para estos seres, aguantar el DOLOR apretado adentro. Sea en un partido de futbol donde por seguir jugando o por no tirar lágrimas intentan seguir adelante. Sea ante la muerte o despedida de alguien que los definió en la vida. Sea ante la apariencia de tener que ser lo que todos pretendemos que sean. Sea ante un hijo que decide ser quien ÉL no esperaba que sea, o elige lo que desea y no lo que ÉL – Hombre Padre – deseaba para la vida de su hijo. Sea ante el rechazo de una mujer, o ante la infidelidad impensada (“Ellos sí, ¿vos y yo?: ¡No!”). Sea ante el profundo amor que esconde un “Te Extraño…”, porque a veces, no pueden abiertamente decir “Te Amo…”. Sea ante el amigo que no llama ni aparece, pero que luego perdona en silencio antes del próximo asado del viernes por la noche. Sea ante el jefe que en vez de líder y maestro, a veces es el reverendo zarpado que juega a ser jefe (Yo, Mujer, puedo hasta tirar lágrimas en tu cara querido jefe, si la escena y mi rabia llegan a dominarme. Vos, Hombre, no podes… pero sentimos lo mismo, y hasta quizás, pensamos lo mismo también). Creo que prefiero mi dolor en el útero cada mes, y la bendición de tener amigas hermanas mujeres. Creo que prefiero mis puteadas internas y externas, mi voz cancina y mis oídos de hierro para seguir siendo oreja de sentimientos ajenos.
Vos y yo podemos sentir antes de darle forma a lo que sale hacia fuera. ¡Bendito el hombre que logra comprender esta esencia de nuestra raza, porque a ellos les será otorgado el reino de la paz!

No quisiera estar en tu corazón papá, hermano, esposo, novio, amante, amigo, vecino, tío, primo, conocido, sabiendo que en el Ser somos iguales, perfecta y naturalmente diseñados para SENTIR de la misma forma, pero yo cuento con la bendición de ser Mujer, mientras vos te quedas allí, tan sólo en tu rincón sin poder gritar, llorar, temblar de amor o de rabia, esperando que te encuentren para poder decir “¡piedra libre!”

Por mi Padre, por mis dos Hermanos y por quien me enseñó que con el profundo dolor de hombre se puede hacer alquimia. Por los HOMBRES que me han educado, acompañado, enseñado y aguantado en la Vida. Por los que han cedido, los que han estado presentes y ausentes, los que con un solo abrazo, un mensaje, un beso o su hombro ya me dieron demasiado. Y por los que al día de hoy acompañan con su silencio de Hombres.

A todos ustedes...

!GRACIAS POR SER TESORO INVALUABLE EN MI HERMOSA VIDA DE MUJER!